Los resultados de las últimas mediciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no arrojan buenas noticias para Latinoamérica, ya que sus tres representantes presentan números por debajo de la media en penetración y velocidad de banda ancha fija. Hay dos argumentos para quienes prefieren ser optimistas: México, Chile y Colombia presentan mejores índices en fibra óptica que en ediciones anteriores y sus autoridades ya han manifestado públicamente la importancia de resolver de manera urgente la falta de acceso.
El primer cuadro que presenta la entidad internacional es el número total de suscriptores a banda ancha fija. No soporta mayor análisis porque tiene estrecha relación con el número de hogares pero sirve de excusa para conocer que México tiene 18,4 millones, Colombia 6,6 millones y Chile 3,2 millones de abonados. Se ubican, con esta cantidad, en la posición siete, 15 y 21 respectivamente. El líder es Estados Unidos, con más de 110 millones, y el último Islandia, con apenas 136.500.
En penetración, un parámetro un poco más útil a la hora de comparar realidades, Colombia es el peor de las 37 naciones involucradas. Tiene un porcentaje de 13,4 por ciento al cierre de 2018, el más alto de su historia pero equivalente al que el bloque tenía a inicios de 2006. El propio presidente local, Iván Duque, habló de la penetración como un problema que se resolvería con diferentes proyectos, con la ley TIC como principal caballo de batalla. Resta esperar si alcanza para cerrar tan amplio déficit, al menos dentro de una OCDE con promedio de 30,9 por ciento.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) destacó en su página oficial que México está “entre los países con mayor crecimiento de banda ancha fija” de OCDE. Sí, pero su penetración actual es de 14,8 por ciento o la peor de todas con excepción de Colombia. En los últimos años, de hecho, fue relegado por Turquía, el que más creció. Aquí también el porcentaje alcanzado por México es el mejor de todos sus índices y la idea es que siga mejorando como objetivo planteado por el presidente López Obrador, que puso como meta de su gobierno “conectar a los 50 millones de mexicanos no conectados”.
Chile es el mejor posicionado de los tres en penetración de banda ancha fija, pero su 17,3 por ciento apenas le alcanza para el puesto 34. Lo positivo es su quinta ubicación en el ranking de crecimiento interanual pero no parece ser suficiente para celebrar. Sus autoridades también mencionan públicamente el la falta de conectividad de buena parte de su población como un eje sobre el que trabajar. Su población, menor que sus pares de América Latina, la ponen quizás un poco más cerca de alcanzar metas de penetración en menor tiempo.
En cuanto a velocidad, el informe revela otro déficit de los representantes de la región. En Colombia de cada 100 habitantes se conectan 13,4. 9,8 de ellos lo hace a menos de 10 Mbps. En México casi todos los que acceden lo hacen a menos de 10 Mbps, con escasas excepciones. En Chile, en tanto, hay mayor variedad, aunque el 55 por ciento no supera los 10 Mbps. Los tres están por debajo del promedio OCDE y muy lejos de países como Suiza o Dinamarca, incluso de Estonia o Hungría.
En fibra óptica están las buenas noticias para esta parte del mundo, pues los tres países mencionados presentaron un crecimiento mayor que el promedio del bloque en cantidad de suscriptores de banda ancha vía fibra óptica –se incluye FTTH, FTTP y FTTB–. En Chile se incrementaron casi un 75 por ciento, en Colombia un 23,2 por ciento y en México un 18,9 por ciento. El podio de mejor performance interanual está compuesto por Irlanda, Polonia y Bélgica y los tres peores fueron, en tanto, Australia, Grecia e Israel.
En este ítem también hay, sin embargo, mucho margen para mejorar. Colombia, por ejemplo, tiene actualmente un 13 por ciento de penetración de fibra óptica y eso es mucho mejor que el 0,9 por ciento que representaba hace seis años, aunque todavía lo mantiene lejos de los primeros puestos —se ubica en el puesto 29—. México quintuplicó la penetración hasta el 20 por ciento, y ahora lo posiciona en el sitio 22. En Chile la participación de la fibra se multiplicó por 20 y ahora su 21,6 por ciento lo ponen cerca del promedio OCDE (26 por ciento).
En este contexto, por casualidad o no, las autoridades de los tres países miembro que se ubican dentro de Latinoamérica han expresado públicamente sus deseos de abordar la problemática del acceso a banda ancha fija en el corto plazo. Dentro del bloque OCDE hay índices claros de cuestiones a mejorar. Si asumir el problema es parte de la solución, ya hay buenos indicios.