La tecnología ha dado un paso de gigante para solucionar un problema de décadas que afectaba a las personas ciegas y a las pantallas táctiles. Esta solución promete traer la accesibilidad a un colectivo muy necesitado.
Siempre decimos que lo mejor que tiene la tecnología es su poder para hacernos la vida más fácil. Y no sólo en cuestiones recreativas, sino que puede ser diferencial para aquellas personas que más lo necesitan.
En este sentido, un grupo de investigadores de Estados Unidos e Israel ha conseguido construir una pantalla táctil que es capaz de ser leída y utilizada por personas ciegas o con problemas serios de visión, una brecha que llevaba años intentando cerrarse.
Una de las razones por las que no se había conseguido desarrollar este tipo de soluciones es el precio, ya que son difíciles y caras de fabricar.
Los pulsadores físicos capaces de crear un patrón detectable al tacto ocupan un gran volumen y son difíciles de montar muy juntos, por lo que ocupan excesivo espacio y se vuelven poco prácticos a la hora de la verdad.
Por eso, el equipo de investigadores internacional buscó alternativas al hardware físico. Y la idea que se les ocurrió es realmente innovadora: hacer estallar una bola de fuego en miniatura dentro de un trozo de polímero flexible que puede inflarse como un globo.
La base del hardware es un pequeño polímero deformable con diminutas zonas elevadas capaces de inflarse repetidamente como globos y desinflarse después.
Debajo, los investigadores han creado un sistema de canales que alimentan con una mezcla de metano y oxígeno cada una de estas burbujas de polímero. Y, en la base de la burbuja, habría dos cables que transportan suficiente corriente para permitir una chispa entre ellos.
La chispa enciende la mezcla de gases y provoca un aumento repentino de la presión (los investigadores no han determinado si se produce una detonación real). La combustión es lo suficientemente potente como para hacer un ruido audible desde fuera.
La presión que genera expande la burbuja, creando un cambio en la superficie que puede percibirse al tacto. Y, al expandirse, el polímero disminuye la presión que experimentan los gases recién quemados, lo que hará que su temperatura descienda. En esencia, el propio dispositivo sirve de sistema de refrigeración para la combustión, evitando que se acumule calor.
El dispositivo ahora se encuentra en fase de pruebas y aún tiene un largo camino por delante, pero es el primer paso para que las personas ciegas y, en general, todo el colectivo con problemas de visión, puedan tener cerca una solución que les permita tener pantallas digitales que se lean en braille.
Fuente: computerhoy.com