La innovación está directamente relacionada con el fracaso, aunque pareciera lo contrario. Incluso podría decirse que entre más rápido fracases, más rápido podrás innovar, ya que las soluciones dentro del proceso creativo suelen llegar después de varios intentos fallidos.
Emprender e innovar puede parecer un deporte de alto riesgo: se calcula que cerca del 50% de las startups fracasan en sus primeros 5 años y el 70% en sus primeros 10, según un estudio del instituto de investigación Statistic Brain.
El mismo estudio destaca que esta cifra tan alta se debe a la falta de capital, el desconocimiento del mercado o un mal equipo laboral, entre otros, pero aún las empresas que logran sortear estos retos, se enfrentan a la necesidad de contar con un plan para que sus equipos de trabajo aprendan a innovar superando los fracasos rápidamente.
Pero ¿por qué es esto importante para pequeñas y grandes empresas por igual? Arturo Barraza, director del AT&T Foundry en la Ciudad de México, una red de centros de innovación dedicada a desarrollar soluciones de tecnología para mercados emergentes –y para fracasar rápidamente, con la convicción de que la innovación contribuye con el futuro del país– nos lo explica:
• Cambiar de perspectiva ayudará a que nuestro equipo asuma que los errores y el fracaso son parte de la innovación y, en ocasiones, completamente necesarios para que proyecto sea exitoso.
• Un menor consumo de recursos y la posibilidad de realizar más ideas con un presupuesto limitado son los beneficios directos de aprender a fracasar rápidamente. Hace algunos años crear era resultado de prueba y error, pero hoy en día, fracasar mil veces antes de innovar (como lo hiciera Thomas Alva Edison antes de inventar la batería en 1879), ya no es una opción.
• Crear una cultura innovadora significa tener un esquema que permita probar cosas nuevas y abandonarlas rápidamente si no dan los resultados deseados.
• Las dos preguntas que deben hacerse cuando un proyecto fracasa son: ¿diste tu mayor esfuerzo? y, ¿qué aprendiste? De esta manera, el aprendizaje obtenido nos permitirá seguir adelante.
La cultura que promueve el “fracasar rápido”, de acuerdo con la experiencia de Barraza en el centro de innovación, fomenta la experimentación y la creación de prototipos en ciclos de desarrollo de 12 semanas, en entornos colaborativos y aceptando la posibilidad de que una propuesta puede fallar:
“Sabemos que gracias a los esfuerzos que no se lograron, que hoy contamos con proyectos que ya están en desarrollo. Contribuyendo para generar productos, soluciones y servicios innovadores; para el futuro – un futuro que beneficie a México y a su gente. Por ejemplo, estamos trabajando en un prototipo que permite a nuestros ingenieros en campo hacer pruebas y validaciones de la red para Internet de las cosas de AT&T Narrow-Band IoT (NB-IoT), facilitando su labor. Llegar a este punto es la culminación de un viaje en el que fracasar es una parte del camino.”
Para que este tipo de modelo sea sustentable es importante invertir en el desarrollo de capital humano y crear una estructura y ambiente laboral que fomenten la experimentación y la resolución proactiva de problemas. Por eso, para innovar, es importante fracasar –y hacerlo rápidamente.
Fuente: Entrepreneur