Todos llevamos mucho tiempo oyendo hablar del 5G, de sus ventajas, de todo lo que va a aportar a las comunicaciones, de cómo nuestra vida va a estar (aún) más conectada… Lo cierto es que el despliegue será lento, que no llegará por igual a todas las zonas y hasta que la tecnología esté 100% implantada pasarán años.
Un informe de la GSMA (la organización de operadores móviles y compañías relacionadas, que apoya la normalización, implementación y promoción del sistema de telefonía móvil GSM) afirma que el 5G contribuirá con 1,94 millones de euros al PIB mundial en los próximos 15 años. Esto equivale a lo que genera una economía del tamaño actual de la India, la séptima más grande del mundo.
Quizá por eso el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, en su Plan Nacional 5G 2018-2020, ha definido al 5G como la “tecnología esencial en la transformación digital de la sociedad y la economía en los países avanzados durante la próxima década”.
Puede que no podamos disfrutar del 5G de manera real hasta 2020, pero ya podemos vivir en qué se podrá traducir en este sector de los videojuegos y, en concreto, en el de la realidad virtual.
Realidad Virtual y 5G, mejores amigos
En primer lugar, hasta ahora la velocidad que permitía alcanzar el 4G, en el mejor de los casos, era de 1 Gbps, mientras que el uso de la banda de 700 MHz, la de los canales de TDT, del 5G permitirá alcanzar velocidades de bajada de hasta 100 Mbps, pudiendo incluso lograr los 3 Gbps, si se utilizan las de 3,4 y 3,8 GHz.
El rendimiento mejorará también, ya que cada nodo podrá suministrar 20 Gbps de bajada y 10 de subida, pudiendo obtener una latencia de entre uno y cinco milisegundos. Esto, volviendo al terreno de los videojuegos, permite que el tiempo mínimo de respuesta entre la acción del jugador y el efecto en el videojuego sea casi inexistente, dando lugar a una experiencia completamente real, sin los molestos lags, añadiendo también una mayor definición en la plataforma y a la supresión de la sensación de mareo que se puede experimentar al utilizar unas gafas de realidad virtual.
El uso de herramientas mucho más sofisticadas tendrá como resultado la generación de un mayor número de datos por parte de los usuarios, lo que hará necesario contar con mayores infraestructuras para almacenar esta información y que estas sirvan también para procesar y sacar provecho de todos estos datos.
Autonomía
Fuera ya del 5G, los dispositivos de realidad virtual, en su evolución, tendrán una mayor autonomía. Este menor consumo de energía y la latencia cero harán posible que se multiplique por 100 el número de objetos conectados a la Red, según prevé el Informe del Instituto de Investigación de Capgemini, por lo que se favorecerá el desarrollo de nuevos servicios multimedia y aplicaciones, asistiendo al esperado despegue del gaming en realidad virtual, ya que estos requieren conexiones ultrarrápidas. En nuestro caso, nos servimos de armas desarrolladas en 3D que se asemejan a las utilizadas por el ejército australiano para hacer más reales las partidas, pero ¿quién sabe si en unos meses incluiremos otras herramientas o dispositivos, como guantes, máscaras…?
Así, podrán también realizarse conexiones simultáneas, para poder jugar campeonatos de realidad virtual en tiempo real entre centros de diferentes países. Y es que, si nos quedamos en las cifras, según Huawei, en 2025 solo el 10% de las conexiones totales en la Red (redes sociales, email…) se realizarán entre humanos, el resto tendrán lugar entre máquinas y dispositivos de forma completamente independiente.
Todo esto dará lugar a que los juegos sean más realistas, porque si hasta ahora nos sorprendíamos y vivíamos en mundos paralelos con cada partida de realidad virtual, de ahora en adelante nos espera adentrarnos en experiencias más inmersivas que nunca y que estarán disponibles para todos los públicos.
Para hacernos una idea de lo acelerado de los tiempos cuando hablamos de tecnología, basta con pensar que el 1G, o primera generación, nació en 1981, y que muy poco a poco fue dando paso a las siguientes. Sin embargo, del 4G al 5G tan solo han transcurrido siete años. Esto, unido al ritmo en que avanza, por ejemplo, el desarrollo de los chips informáticos, implica que solo podamos intuir lo que nos deparan tecnologías como la realidad virtual en el medio plazo.
Personalmente, soy un gran fan de los videojuegos desde pequeño, y jamás me imaginé el escenario en el que nos encontramos a día de hoy. Para mí, el de la realidad virtual ha sido uno de los mayores avances en este sector, y estoy seguro de que no dejará de sorprendernos, y no solo en el sector del ocio y entretenimiento, sino en todos los aspectos de nuestra vida.
Aplicaciones en ámbitos como el sanitario, la industria o la venta de pisos, sin ir más lejos, ya nos han dejado con la boca abierta en múltiples ocasiones. Estoy convencido de que esto es solo el principio.
Fuente:
El País Retina. (2019, 8 agosto). Cómo puede cambiar el 5G las ‘reglas del juego’. Recuperado 8 agosto, 2019, de https://retina.elpais.com/retina/2019/08/07/innovacion/1565181266_535281.html