Una ‘start-up’ combina aprendizaje de máquinas y micrófonos para lograr que los vehículos sean capaces de detectar anomalías y situaciones imprevistas a partir del ruido que generan
La mayoría de los propietarios de cocches conocen la sensación de escuchar un nuevo chirrido o chasqueo procedente del motor y preguntarse cómo de cara será la reparación. La start-up OtoSense está colaborando con empresas automovilísticas de primera línea en el desarrollo de software que podría dotar a los coches de su propio sentido del oído. De este modo, los vehículos podrían autodiagnosticarse antes de que cualquier problema se vuelva muy costoso. Esta tecnología también podría ayudar a los vehículos convencionales y autónomos a ser más seguros, por ejemplo al permitirles estar atentos a las sirenas de vehículos de emergencia u otros sonidos que indiquen la calidad de la calzada.
OtoSense ha desarrollado software de aprendizaje automático que puede ser entrenado para identificar ruidos específicos, incluidos cambios sutiles dentro del motor o los frenos de un vehículo. La automovilística francesa PSA Group, la cual fabrica marcas como Citröen y Peugeot, está probando una versión del software entrenado con miles de sonidos procedentes de varios de sus modelos.
Según el trabajador especializado en ruidos de vehículos del departamento de I+D de PSA Group Guillaume Catusseau, OtoSense ha desarrollado un prototipo de aplicación para tableta que un mecánico, o incluso un propietario particular, podría utilizar para grabar el sonido de su vehículo y con él llevar a cabo diagnósticos automatizados dentro de un proyecto llamado AudioHound (una combinación de “audio” y “sabueso” en inglés).
Las pruebas han demostrado que el sistema puede identificar ruidos indeseados procedentes del motor, el sistema de climatización, las ruedas y otros componentes. El prototipo realiza el diagnóstico correcto un 95% de las veces. Catusseau afirma que PSA Group está estudiando cómo podría implementarse lo que él denomina “oído biónico” para acelerar las reparaciones de vehículos y mejorar la satisfacción de los clientes. “Cualquier zumbido, chirrido o vibración es de gran preocupación para los propietarios”, afirma. “El cliente percibirá que el vehículo es de baja calidad, [y] esto puede perjudicar su intención de compra futura”.
El CEO de OtoSense, Sebastian Christian, señala que el software podría integrarse en los vehículos para que éstos puedan alertar automáticamente de los potenciales problemas que los sensores electrónicos no pueden abordar. Varias automovilísticas estadounidenses líderes también están probando la tecnología de OtoSense para averiguar cómo podría ayudar la capacidad auditiva a los vehículos a comprender su entorno. Christian rehusó identificarlas públicamente en aras de sus acuerdos de confidencialidad.
Una idea que la start-up ha probado supone añadir acelerómetros al parabrisas de un vehículo para convertirlo en un micrófono gigante. Christian señala que las propiedades físicas de los parabrisas hacen que este diseño rinda bien en la detección de sirenas y la dirección de la que vengan.
Eso podría ayudar a los coches autónomos a ser más seguros. También que un coche conducido por personas informe al conductor sobre dónde esperar la aproximación de un vehículo de emergencia. Google ya había desvelado con anterioridad que los micrófonos capaces de detectar sirenas formaban parte del conjunto de sensores de sus vehículos autónomos, los cuales desarrolla ahora una empresa independiente, Waymo.
Los sensores de audio, según Christian, también podrían permitir que un vehículo entienda el estado de la calzada, por ejemplo si tiene nieve o hielo. Su empresa colabora con el fabricante de chips Analog Devices para integrar el software necesario para interpretar los ruidos con procesadores de bajo coste.
Los fabricantes de vehículos han convertido en habitual la inclusión de sensores como cámaras y radares en vehículos de lujo para apoyar el limitador de velocidad y otras prestaciones de seguridad. El profesor de la Universidad de Minnesota (EEUU) Rajesh Rajamani, que trabaja en aplicaciones novedosas para los sensores, afirma que el bajo coste del hardware de audio sugiere que la tecnología podría llegar rápidamente al mercado si las labores actuales de I+D demuestran su utilidad. “Se puede equipar un coche con un montón de micrófonos sin que se vuelva muy caro y, frente a la visión, analizar el sonido requiere esfuerzos computacionales mucho menos intensos”, afirma.
De hecho, el potencial del análisis de bajo coste de sonidos significa que OtoSense no es la única empresa que intenta utilizarlo para ayudar a la maquinaria a mantenerse en buen estado. Por ejemplo, otra start-up, Augury, está aplicando el mismo enfoque básico a la detección de problemas dentro de los sistemas de climatización (ver Ya puedes saber si tu aire acondicionado está a punto de fallar solo con ‘oirlo’).
Fuente: MIT