En el contexto de la revolución de los vehículos eléctricos (EV), se está llevando a cabo una carrera mundial para asegurar los minerales necesarios para producir masas de baterías de iones de litio. Pero el próximo año, veremos que existe una alternativa a la producción de baterías nuevas: una industria de baterías de circuito cerrado, en la que lo que va en un extremo finalmente se devuelve, se recicla y se recircula de nuevo a la fabricación. Si se hace correctamente, esto podría acabar por completo con la carrera por nuevos minerales.
En 2022, mi equipo producirá la primera batería de iones de litio del mundo que cuenta con material activo 100% reciclado. Con el reciclaje y la producción en el mismo sitio, proporcionarán pruebas de que los metales recuperados de los desechos de las baterías pueden servir como sustitutos directos y completos de los que se extraen en todo el mundo para la producción de baterías en la actualidad.
Para entender por qué esto es importante, considere dos cifras. Primero, en 2022, unos 1,6 millones de vehículos eléctricos entrarán en el mercado europeo. En segundo lugar, la batería de un vehículo promedio requiere aproximadamente 80 kg de níquel, manganeso, cobalto y litio. Eso es 80 kg de materias primas vírgenes para cada vehículo. En el futuro, estos serán reemplazados por metales obtenidos mediante el reciclaje.
Esta primera batería reciclada contribuirá a construir un futuro neto cero. Al combinar la reutilización con energía limpia para su fabricación, nos permitirá reducir la huella de carbono de las baterías en un 80 por ciento.
Es un error generalizado pensar que las baterías no se pueden reciclar. Pero lo que otros llaman desperdicio de baterías (desechos de producción y baterías dañadas o al final de su vida útil) es de hecho un recurso valioso. Ya hemos demostrado que, al recuperar metales mediante hidrometalurgia en lugar de fundirlos, podemos recuperar con éxito hasta el 95 por ciento de los materiales de una batería vieja.
Y no solo se detiene en la recuperación, podemos restaurarlos a los niveles de pureza requeridos por la industria de las baterías. En 2022, este componente esencial no solo demostrará la validez del proceso de reciclaje en sí, sino que también demostrará que la producción de baterías con material reciclado no compromete la seguridad o el rendimiento. Química y funcionalmente, una celda de material nuevo y una celda reciclada serán idénticas. La única diferencia será que la huella ambiental de la celda reciclada mejorará drásticamente. Nuestra esperanza es que todos los fabricantes de baterías acepten el reciclaje.
Una batería no cambiará el mundo, pero lo que representa sí podría hacerlo. Los 1,6 millones de vehículos eléctricos que se espera lleguen a las carreteras europeas en 2022 son solo una fracción de los volúmenes que llegarán en los próximos años. La transición desde el motor de combustión es un gran avance, pero sin el reciclaje, el costo ambiental de esta transición será mucho mayor de lo necesario. Afortunadamente, mediante el uso de energía limpia y materiales reciclados, el próximo año demostraremos que está completamente en nuestro poder elegir un futuro diferente para la nueva industria de las baterías.
Fuente:
Nehrenheim, E. (2022, 3 enero). To Go Green, Electric Vehicle Batteries Must Be In The Loop. WIRED UK. Recuperado 3 de enero de 2022, de https://www.wired.co.uk/article/electric-vehicle-recycled-batteries