París es conocida como la Ciudad de la Luz, pero en los últimos años, su esplendor se ha visto envuelto por un manto de contaminación tan espeso que incluso ha hecho desaparecer en ocasiones la Torre Eiffel. París está luchando contra las nuevas leyes que restringen el acceso de vehículos de motor en el centro de la ciudad y requieren que los techos de todos los nuevos edificios se cubran con paneles solares o vegetación. Ahora, las dos mayores empresas de transporte público que prestan servicio en París y sus alrededores, Îl de France Mobilités y la RATP, se han embarcado en una nueva y audaz iniciativa para que todos los autobuses de sus flotas sean cero emisiones para 2025.
El pasado otoño, ambas compañías anunciaron la compra de 1000 autobuses eléctricos con un valor de hasta 400 millones de euros. Todos los autobuses serán unidades convencionales de 12 metros de longitud y se entregarán en tres tramos, el primero de los cuales se espera que entre en servicio en 2020. La RATP opera 4.700 autobuses, de los cuales 800 son híbridos diesel eléctricos, 140 utilizan biocombustibles y 74 son eléctricos.
“Este gran pedido para equipar nuestra flota con autobuses eléctricos demuestra nuestra ambición de convertirnos en un actor vital en la transición energética del sector del transporte público. Nuestro objetivo de garantizar una flota 100% limpia para el año 2025 en la región de París es lo que sólo puede describirse como un reto tecnológico que nos obliga a adaptar nuestras 25 cocheras de autobuses en un plazo de tiempo muy corto. Toda la empresa se ha movilizado para tener éxito en este desafío“, afirma Catherine Guillouard, presidenta y directora general de la RATP.
Recientemente, la RATP ha confirmado que encargará hasta 40 autobuses eléctricos a cada uno de los dos fabricantes franceses, Bolloré y Heuliez. Bolloré es muy conocido por los parisinos. El fabricante francés de vehículos eléctricos opera Autolib, un servicio de coches eléctricos compartidos muy popular entre los residentes de la ciudad. La compañía también opera servicios de coches eléctricos compartidos en Londres, Indianápolis y Singapur, usando coches que diseña y fabrica ella misma.
Heuliez es una operación mucho más pequeña. Anteriormente parte del grupo FIAT, tiene su sede en los Países Bajos, pero construye autobuses eléctricos en una fábrica de Rorthais, una ciudad al suroeste de París, cerca de la costa atlántica. Hueliez utiliza baterías de la empresa parisina SME Forsee Power, que usa células de baterías de fabricantes japoneses y coreanos.
Cierto es que la inversión se hace para reducir las emisiones de carbono en la ciudad de París, pero también es cierto que si los autobuses eléctricos no fueran competitivos económicamente hablando, no estaríamos hablando de estas noticias. Como va París, va el resto del mundo.
Fuente: Green Screen