Entre los aranceles de EE.UU. y la nueva política china, la industria solar podría encontrarse con una oferta mayor que demanda, al reducir aún más los precios de venta de los paneles solares. Dos eventos importantes han afectado a la industria fotovoltaica este año 2018: los aranceles del 30% impuestos por los Estados Unidos a la importación de células y módulos solares, y las nuevas medidas chinas en relación a las plantas de energía solar.
Mientras Washington levanta altos muros proteccionistas en torno a su economía (con el objetivo de golpear al mercado chino por encima de todo), Pekín pone su empeño en los sistemas de apoyo que han impulsado la carrera solar nacional en los últimos años. El 1 de junio, la República Popular anuncia una drástica e inesperada revisión de los incentivos fotovoltaicos: el cese de las subvenciones a las grandes plantas de servicios públicos y la reducción de las tarifas con la introducción de un techo para las plantas más pequeñas de generación distribuida.
Para el mayor mercado solar del mundo, China, hoy en día, tanto en términos de industria como de capacidad instalada, estos eventos no pueden dejar de tener un impacto. La primera consecuencia será, obviamente, una marcada ralentización del crecimiento de la energía fotovoltaica nacional: los nuevos 53 GW de 2017 podrían reducirse a 30-35 GW este año. El segundo es una caída en el precio de los paneles solares en todo el mundo.
Según Bloomberg New Energy Finance, se espera que el precio medio de venta global (ASP) de los módulos disminuya un 35% en 2018, en comparación con las previsiones anteriores que estimaban que el recorte se situaría entre el 20% y el 27%. Sin embargo, esta desaceleración, prevista para el segundo semestre de 2018, podría estimular el crecimiento de la demanda en 2019 y 2020.
Por otro lado, el ciclo entre la oferta y la demanda es la base del crecimiento del sector. Entre 2010 y 2017, los precios de los paneles solares cayeron un 80%, debido tanto al aumento de la eficiencia como al crecimiento de la producción. Este proceso ha llevado a muchos fabricantes a la quiebra, pero la reducción de costos ha resultado en un aumento de casi 9 veces en la capacidad instalada total.
Fuente: Ecoinventos