Investigadores de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) crearon techos verdes económicos y autoconstruibles, que mantienen el interior de las viviendas 17 grados más frescas que el exterior.
El techo verde es un jardín que se colocan en las azoteas y que representan múltiples ventajas, como que son protectores contra la radiación solar, y, dado que es la superficie más amplia de la casa expuesta al Sol y que los techos de concreto armado concentran el calor, estas coberturas vegetales logran disminuir 17 grados la temperatura al interior de la casa en relación con el exterior.
Además, este techo puede sustituir a los impermeabilizantes, lo que evita un gasto anual en ese rubro. Además de ser estético si se le da el cuidado adecuado, ayuda a reducir el fenómeno conocido como islas de calor en las ciudades, en donde las planchas de cemento calientan el aire. Igualmente, disminuye la velocidad de escurrimiento del agua, lo que contribuye en evitar las inundaciones en los centros urbanos y recupera el agua de lluvia.
El doctor Gabriel Castañeda Nolasco, profesor de la Unach y miembro del grupo de investigación denominado Componentes y condicionantes de la vivienda, constituida por cinco profesores de la Facultad de Arquitectura, explicó que en colaboración con el Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, las universidades de Guadalajara y Sonora, así como las autónomas de Guerrero, Benito Juárez de Oaxaca, de Yucatán y de Ciudad Juárez, diseñaron techos verdes que tienen un costo 13 por ciento menor en relación a los comerciales.
“En nuestro país, los techos verdes son muy caros debido a que los materiales que se utilizan vienen del extranjero. En promedio, el metro cuadrado cuesta mil 200 pesos, mientras que nuestro diseño es de aproximadamente 150 pesos”, explicó.
Entre las aportaciones de esta innovación se encuentra un sistema que utiliza PET reciclado para atrapar las raíces y evitar que éstas rompan los techos. Las botellas de plástico, además, sirven para levantar el sustrato (tierra) y tienen la ventaja que son de peso ligero.
Una ventaja más de este diseño producido en la Unach es que es autoconstruible, lo que también reduce sus costos. La institución realiza la capacitación necesaria para que la transferencia de tecnología sea posible, explicó el investigador.
Este producto, que tiene una durabilidad comprobada de al menos 14 años, puede ser colocado sobre una losa de concreto, que es común en las casas de interés social o sobre techos de madera. Incluye una capa que permite que circule el agua, un filtrante que evita que se escurra el sustrato y una capa vegetal.
El investigador explicó que también ayuda en la conservación de la biodiversidad local, pues en un techo verde en el que se sembró pasto alfombra, en ocho años aparecieron 22 especies distintas de plantas endémicas, de modo que esta innovación puede contribuir a crear un microclima agradable, sobre todo en zonas secas.
Si bien esta innovación se encuentra en proceso de protección intelectual, el principal interés de este grupo de investigación es su transferencia tecnológica.
Actualmente, la Unach, las universidades de Guadalajara y Sonora, y la autónoma de Ciudad Juárez constituyeron un Laboratorio Nacional de la Vivienda y Comunidades Sustentables que busca contribuir en la incidencia de la innovación tecnológica en este sector.