De entre las formas de entretenimiento disponibles, los videojuegos han demostrado ser una de las más redituables, y es por eso que las compañías más grandes tanto de entretenimiento como tecnología están apostando ellos. Durante Google anunció una nueva plataforma dedicada a videojuegos llamada Stadia, que busca convertirse en el estándar líder de cloud gaming en los próximos años
Durante la conferencia de la compañía en GDC 2019, el CEO de Google, Sundar Pichai, explicó que la visión de la compañía es el “construir una plataforma de videojuegos para todos”. Esto no tomó a muchos por sorpresa ya que por años han existido rumores de que la empresa quiere entrar de lleno a este negocio; al tomar en cuenta que ellos ya fabrican hardware y tienen al menos dos sistemas operativos (Chromium OS y Android), la expectativa más lógica era que la compañía presentara una pieza de hardware que funcionara como una consola casera de videojuegos. La propuesta real de Google fue mucho más ambiciosa, pues están proponiendo un nuevo modelo radicalmente distinto al estándar.
El concepto de cloud gaming no es nuevo, y es bastante lógico considerando cómo prácticamente todos los servicios digitales y de entretenimiento funcionan. La idea básica es, en lugar de correr el software de un videojuego en una pieza de hardware local, hacerlo sobre un dispositivo que se encuentre en otro lugar, como en un servidor, y entonces tomar los comandos del usuario hacia el sistema de forma remota, y que éste mande una señal de video de regreso hacia el usuario.
Esta idea es bastante atractiva, y para muchos analistas representa el futuro lógico de los videojuegos. Primeramente, el hecho de que el juego no esté corriendo en una pieza de hardware local, simplifica las necesidades del usuario, quien ya no requeriría de una consola o PC con grandes capacidades procesamiento para mostrar un juego con grandes demandas gráficas; ya que todo el hardware está en los servidores remotos, es mucho más fácil asegurarse de que la condiciones en que correrá el software son las ideales para alcanzar una experiencia ideal. Por otro lado, los usuarios ya no necesitarían hacer ninguna actualización a sus juegos, ya que los desarrolladores podrían hacerlas directamente en los servidores, afectando de forma inmediata a todos los usuarios. Otra razón es que los usuarios no necesitarían más el descargar los juegos (que actualmente pueden llegar a pesar hasta 100GB o más) para comenzar a jugarlos; sólo tendrían que elegir un título y abrirlo de inmediato; si no les gusta, pueden cerrarlo y abrir otro hasta que encuentren algo de su agrado.
Durante las últimas dos décadas varias compañías han intentado desarrollar este modelo, y casi ninguna ha tenido éxito. La única que se puede considerar exitosa es PlayStation Now, lanzado por PlayStation hace cinco años como un servicio de subscripción que da acceso remoto una biblioteca de juegos para PlayStation que se puede jugar desde una PC o en un PS4 sin necesidad de descargarlos. Aunque el servicio se ha mantenido vivo desde 2014, éste nunca ha podido crecer más allá de un grupo selecto de países. Sin embargo, mirando hacia el futuro, PlayStation tiene muy buenas razones para mantener este servicio activo, y ahora Google quiere aprovechar esa oportunidad con mucha más ambición.
Google sólo ha confirmado que el servicio será lanzado en algún punto de 2019, y hasta ahora los únicos dos títulos confirmados para su sistema son Doom Eternal (id Software, sin), y Assassin’s Creed Odyssey (Ubisoft); el primero aún no tiene fecha de lanzamiento, y el segundo es un título del año pasado, con lo que Google nos da a entender que el sistema ofrecerá juegos nuevos, y la posibilidad de adaptar software ya existente para su plataforma, a lo cual habrá que agregar títulos exclusivos.
El concepto particular de Stadia sobre cloud gaming es que los jugadores puedan usar el servicio desde una computadora corriendo el navegador web Chrome, un smartphone, o una televisión con un Chromecast conectado. De esta forma, los usuarios pueden abrir su sesión en dispositivos y cambiar entre éstos a placer, sin perder progreso. Los usuarios podrán usar el controlador de su preferencia con el que ya cuenten, pero Google también mostró una pieza de hardware exclusiva para su servicio, llamada Stadia Controller. Éste luce como un control para videojuegos estándar, pero la diferencia es que no se conecta al dispositivo en el cual el usuario está viendo el juego, sino que se conecta vía WiFi directamente a los servidores de Stadia, reduciendo con esto la latencia de juego.
El gran reto con los servicios de cloud gaming, y lo que hace que los fans de los videojuegos se mantengan escépticos es la latencia que existe entre los comandos del jugador, ya que éstos deben ser enviados al servidos y luego éste de regreso debe enviar la señal de video y audio actualizada a la pantalla de forma que no se sienta un retraso, sobre todo porque hay muchos títulos que requieren de gran precisión. De acuerdo a Google, es imposible eliminar la latencia como tal, ya que es físicamente posible, pero sí reducirla al punto en que se vuelva imperceptible para el jugador.
Hasta ahora, la principal razón para que los servicios de cloud gaming tengan éxito han sido las limitantes técnicas, y la creciente infraestructura de conexiones de redes de alta velocidad, es posible que Google pueda lograr lo que promete. A lo que debemos considerar la cantidad de recursos con que cuentan, al ser una de la compañías más grandes y valiosas del mundo.
Se espera que Stadia sea un servicio por suscripción, aunque no hay aún un precio ni una información de cómo funcionaría económicamente. Lo más lógico es que éste funcione en un modelo similar a Netflix, donde los usuarios cuentan con un catálogo creciente de contenido al que pueden acceder libremente por el pago de un monto mensual; y en el caso de Stadia, se esperaría que Google pague a los publishers y desarrolladores un pago correspondiente por los usuarios que jugaron su juego durante el mes.
Stadia está muy cerca llegar y, aunque a muchos no les guste, representa de forma muy realista la forma en que funcionará la industria de los videojuegos en el futuro, de forma casi inevitable. Si esto es tecnológica y monetariamente posible, no hay razón para que Google o cualquier otra compañía lo hagan.
Fuente: Ecoinventos