La compañía californiana Natilus acaba de anunciar que está lista para arrancar la producción de su N3.8T: un avión de fuselaje integrado sin piloto diseñado exclusivamente para el transporte de mercancías que tiene un 60% más de capacidad que las aeronaves tradicionales y emite el 50% de CO2.
A pesar de que el transporte aéreo es la manera más rápida de mover personas y mercancías de un sitio a otro, sigue siendo la opción más cara y la que más emisiones genera. Por eso el gobierno de nuestro país ha propuesto dentro del plan ‘España 2050’ varias medidas para reducir drásticamente las emisiones de CO2 de las aerolíneas a la espera de la llegada de nuevas aeronaves menos contaminantes.
Uno de los aviones que va por ese camino es el N3.8T. La gran eficiencia de este modelo se debe, según la compañía, a tres factores: su diseño, que integra las alas dentro del fuselaje, el manejo por control remoto y la utilización de contenedores de transporte estándar.
Cómo es el N3.8T
Este bimotor turbohélice, dicen sus creadores, tendrá un peso máximo de despegue de 8.618 kg, una autonomía de hasta 1.667 km y se espera que pueda transportar una carga de contenedores LD3 hasta un peso máximo de 3.855 kg. Con esto, aseguran, es capaz de ofrecer un 60% más de volumen de carga que los aviones tradicionales del mismo peso y reducir tanto los costes como las emisiones de dióxido de carbono por libra hasta en un 50%.
«Desde el punto de vista de la carga, tiene mucho sentido», dijo el año pasado Aleksey Matyushev, director general y cofundador de Natilus. «Tiene un 60% más de volumen interno, por lo que duplica la cantidad de carga rentable por vuelo. Con los diseños convencionales se empieza a agotar el volumen antes de maximizar el peso de despegue del avión».
Natilus pretende utilizar este avión para el envío de pequeños paquetes dentro de Estados Unidos. Pero ya está planeando la producción de versiones con una capacidad de carga útil mucho mayor y una autonomía suficiente para hacer viajes intercontinentales. Por ejemplo, dicen que su modelo 130T tendrá una capacidad de carga en el despegue de 433.000 kg y una autonomía de 9.467 km.
La compañía asegura que el N3.8T. ha superado con éxito una segunda ronda de pruebas en el túnel de viento y estiman que estará lista para empezar a entregar las primeras unidades para 2025.
La nueva aviación sostenible
Hay otras compañías que también están trabajando para hacer posible un transporte aéreo eficiente y que tenga menos emisiones. Aquí ya hemos hablado de varias empresas que están intentando darle una nueva vida a los dirigibles para usarlos como aeronaves con gran capacidad de carga y emisiones de dióxido de carbono prácticamente nulas.
En cuatro a los aviones convencionales, ya estamos empezando a ver algunos ejemplos. El último es de Boeing, que ha presentado recientemente su nuevo modelo de carguero, el 777-8, que es un 25% más eficiente que sus modelos anteriores. Aunque también hemos visto otros diseños interesantes que prometen reducir las emisiones hasta el 80%.
Además de las modificaciones en el diseño, se está innovando también en el propio combustible. Airbus presentó ya hace tiempo su idea de cómo serán sus próximos aviones alimentados con pilas de hidrógeno. Y hemos podido ver también como Alemania inaugauraba el año pasado una planta de queroseno sintético que podría usarse en los aviones actuales con ligeras modificaciones y que, según dice el gobierno del país, tiene huella de carbono cero. También hemos visto nuevos aviones eléctricos, pero por ahora tanto el tamaño como la autonomía son demasiado pequeños para mover grandes volúmenes de mercancías.
A pesar de que algunas de estas innovaciones prometen estar listas durante esta misma década, la mayoría están aún en el aire, aunque lamentablemente no de manera literal. Y no sabemos si llegarán a tiempo para ayudarnos a reducir las emisiones a los niveles que se plantean en el Acuerdo del Clima de París.
Fuente: elconfidencial.com