Un nuevo descubrimiento de plástico se desarrolló luego que los científicos manipularon cuidadosamente la estructura química de un hogar común, logrando convertirlo en un adhesivo reutilizable con propiedades únicas y muy prometedoras.
El hallazgo se hizo posible gracias a los investigadores del Laboratorio Nacional Oak Ridge del Departamento de Energía de EE.UU., quienes utilizaron poliestireno o SEBS como punto de partida para crear uno de los materiales más resistentes conocidos por la ciencia, según palabras de sus creadores.
Esto se modificará a través de un proceso conocido como ratificación dinámica, que permite unir materiales normalmente incompatibles.
Los científicos usaron la técnica de unir nanopartículas de sílice y polímero con la ayuda de compuestos llamados ésteres borónicos, lo que dio como resultado un nuevo material reticulado al que llamaron SiNP.
El principal descubrimiento de este proceso químico fue que los ésteres borónicos del SEBS tienen la capacidad de reorganizar los enlaces con los grupos de hidroxilos, oxígeno e hidrógeno del SiNP, lo que permite adaptar sus propiedades para los trabajos más complejos y exigentes.
Este nuevo material puede adherirse a las superficies con la fuerza suficiente y soportar hasta 136 kg, según lo señalado por los científicos.
Por otro lado, los investigadores midieron la fuerza del material con otros adhesivos presentes en el mercado, superando ampliamente a cada uno de ellos. Según los científicos, la combinación de resistencia y ductilidad lo convierte en uno de los materiales más resistentes de la historia.
“Los adhesivos fuertes y resistentes son difíciles de diseñar porque necesitan incorporar características duras y blandas que normalmente no son compatibles. El desafío ha sido agregar la dureza que obtienes en materiales flexibles sin sacrificar la resistencia. Nuestro enfoque utiliza enlaces químicos dinámicos para desarrollar un adhesivo novedoso con propiedades notables que no se ven en los materiales actuales”, dijo el científico Tomonori Saito, de ORNL y autor del descubrimiento.
El adhesivo también es reciclable y mantiene su rendimiento a temperaturas superiores a los 204°C, lo que lo hace adecuado para aplicaciones a altas temperaturas. Los científicos señalan que podría encontrar su uso en la industria aeroespacial, automotriz y la construcción, por lo que se está trabajando para comercializar el producto mientras mejoran esta nueva tecnología.
“Existen beneficios para la industria y el medio ambiente para ahorrar recursos y reducir los desechos”, dijo Saito. “Por su diseño, este adhesivo le permite realizar reparaciones o corregir errores costosos y puede reprocesarse para nuevos usos en aplicaciones muy desafiantes”.
Fuente: futuro360.com